La posibilidad de vivir experiencias inolvidables en torno al mundo del vino son infinitas, no solo por la bebida en sí, sino por quienes apuestan por crear momentos que guardaremos en la retina por un largo tiempo.
Este es el caso de Anaia Wines, que durante algunos meses creó Full Moon Dining, en cena con música en vivo rodeado del entorno natural rodeado de viñedos y lago que ofrece la propia bodega.
A continuación les compartiré la experiencia completa acompañado de algunas fotos tomadas por mi celular (esto lo hago para poder transmitirle lo más real posible cada detalle)
Llegada y recepción
Apenas arribados y en pleno atardecer, nos convidaron un riquísimo Sauvignon Blanc en el sector de turismo de la bodega, que vale la pena destacar su innovadora arquitectura.
Luego fuimos caminando hasta el espacio que especialmente se preparó para la cena.
En una antesala previa pudimos disfrutar de unas tapas de recepción mientras escuchábamos música en vivo.
La cena
En una bellísima mesa compartida, nos prestamos a disfrutar de cada plato maridado con un vino diferente.
La luna se hizo esperar detrás de algunas nubes, hasta que finalmente apareció para deleitarnos la vista.
El menú
La entrada fue Texturas de tomate maridado con Anaia Gran Rosé
El principal fue un filet de ternera, cabutia, cebada, papines de Uspallata, cebollitas mendocinas y aure de Malbec, maridado excelentemente bien con un Disruptivo Malbec.
Luego de un pre postre que se trató de un sorbet de pomelo y albahaca, llegó el turno del postre principal que era un merengue relleno, crema de cacao, frutos rojos de estación y crema helada de sangría; acompañado por Anaia Espumante.
Durante toda la cena, contamos con la presencia del enólogo principal Gonzalo Serrano quién con su calidez que lo caracteriza nos explicó detalladamente cada uno de los vinos que disfrutamos.
¡GRACIAS POR TODO!
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