Antiguamente las cavas de las bodegas estaban destinadas solo a mantener el vino debido a las condiciones óptimas que éstas presentaban: baja temperatura, alta humedad y poca luz. Esto era debido a que en su mayoría (por no decir casi en su totalidad) eran subterráneas, logrando así que las características mencionadas anteriormente se dieran de forma natural.
No obstante, con el correr de los años fueron perfeccionando estos espacios para evitar problemas que surgían como presencia de plagas, el exceso de humedad que terminaba perjudicando los cimientos y estructuras y la poca ventilación que se daba a muy menudo. Esto se debía por la dificultad de poder manejar ciertas variables por no contar con las herramientas necesarias en ese momento.

En la actualidad, muchas bodegas han remodelado, ambientado o incluso construido cavas con otro enfoque y objetivo que ya no es solo mantener el vino ( ya sea en botellas o barricas ), sino también para que los visitantes puedan disfrutar de este lugar, recorrerlo junto a guías especializados y hasta compartir degustaciones in situ. Incluso, aquí en Mendoza (Argentina) existen bodegas que además han instalado en la misma cava wine bars, wine shop, espacios de arte, ambientaciones para realizar eventos corporativos o ciclos de música en vivo.

También las cavas de las bodegas sirven como lugares precisos para que diferentes áreas internas aprovechen el ambiente especial y entorno de privacidad. Podemos pensar que es un lugar ideal para cerrar algún trato comercial con clientes importantes para la marca o sesiones de cata con el enólogo.
Esta experiencia se convierte en un momento inolvidable para quienes la viven por primera vez, potenciando todos los sentidos al máximo. La sensación en la piel, los aromas y olores que se descubren, los sonidos que envuelven cada rincón, los múltiples detalles que se observan y cada sabor que se degusta quedan impresos en la memoria de uno.

Además contamos con la fortuna que cada establecimiento posee su propio diseño y arquitectura, desde las más modernas y avanzadas tecnológicamente en donde las paredes y techos son construidos de materiales especiales teniendo una serie de dispositivos electrónicos que miden constantemente la temperatura y humedad ajustándolos cuando sea necesario, hasta las más antiguas que a pesar de mantener la misma estructura de hace décadas (incluso algunas cientos de años) han sido remodeladas y adaptadas tanto para los vinos como para el visitante.

A mi parecer llegar a conocer la cava de vinos de una bodega es una cita obligada y un paso por el recorrido que nunca puede faltar, por lo que si están en planes de hacer enoturismo consulten sobre estos espacios ya que no en todos lados es factible visitarlos.


Pablo Ponce
@pablop11
Muy lindo artículo, me gusta realizar visitas a bodegas y disfrutar desu arquitectura, instalaciones, elaboración y degustar de sus vinos.