En el proceso de elaboración del vino influyen muchos aspecto y uno de ellos, es la elección del corcho. Su función va más allá de ser un mero tapón para evitar que el vino del interior salga y se derrame. Sus propiedades permiten que el vino se oxigene, respire y adquiera su punto de maduración final. Tanto su tamaño como composición están debidamente elegidos pensando siempre en el resultado final, el sabor del vino.
¿Por qué elegimos el corcho como tapón?
El corcho como material tiene una serie de atributos que lo convierten en el elemento perfecto para ser el tapón de las botellas de vino. La primera de ellas es su ligereza y elasticidad, lo que nos permite que podamos manipularlo con facilidad. La segunda de ellas es que su adherencia al vidrio y su impermeabilidad, lo que nos permite garantizar un buen sellado en nuestra botella.
Y por último, otra de las características es que es inerte. Esta es una de las más importante, ya que evita que el tapón pueda degradarse o pudrirse con el tiempo. De esta manera, podemos almacenar las botellas en en función del tiempo que necesite cada vino con la certeza de que el corcho se mantendrá perfecto pese al paso del tiempo.
Corchos Naturales
Este tipo de corcho es 100% natural, y para ello es necesario extraerlo en una única tira. Este corcho es uno de los más respetados por su gran calidad. Permite un perfecto sellado y es el que, por sus particularidad, lleva a cabo la evolución más adecuada para los vinos. Su inconveniente es el famoso TCA. Este compuesto que trae de manera natural estos corchos y produce un olor un tanto fuerte.
Este tipo de corcho es muy similar al anterior con la particularidad de que a la hora de fabricarlos se han realizado a partir de dos o más mitades de corcho. Para ensamblarlos se utiliza un pegamento especial que evita alterar el sabor del vino. Este tipo de corchos se suelen utilizar en botellas de gran formato que exigen unos corchos de mayor tamaño que no se pueden fabricar en una sola pieza.
Cierra la clasificación de corchos naturales, los colmatados naturales. La particularidad de estos corchos son las lenticelas, esas pequeñas marcas visibles a lo largo del corcho que son el resultado de rellenar los poros del corcho con el polvo del propio corcho pegado con cola a base de resina y caucho natural. Suele utilizarse para vinos de consumo inmediato ya que no tienen una durabilidad tan larga como los naturales.
Este tipo de corchos estéticamente son muy identificables por su cuerpo está compuesto de corcho aglomerado, mientras que sus extremos cierran en dos discos de corcho natural. Según el número de discos se les denomina de 1+1, o de 2+2. Existen también otra combinación que en la que sólo uno de los extremos los cierre un disco de corcho natural, que se denominarían 2+0 ó 1+0, dependiendo de la cantidad. Su principal ventaja es su gran resistencia y su excelente capacidad de aislamiento.
Corchos Aglomerados
Este tipo de corchos están compuestos a base de granulados de corchos resultantes de la fabricación del tipo natural. Al estar formados por pequeñas partes, esto facilitamos mucho la elaboración de corchos de diferentes tamaños y calibre. Por último, otra de sus grandes ventajas es su precio, que es sensiblemente menor al de los anteriores.
Fuentes:
http://nuevoshorizontes.granfeudo.com
http://elvinodelmes.blogspot.com
http://vinetur.es