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Almuerzo en Urban, el restaurante de Bodega O.Fournier

El sábado pasado tuve la oportunidad de ir a Bodega O. Fournier para conocer el menú que ofrece su restaurante llamado Urban y en esta nota les voy a contar mi experiencia.

La bodega está ubicada en La Consulta, San Carlos (Valle de Uco) a unos 130km desde la capital del Mendoza hacia el sur, en una finca de 236 has y a 1.200 msnm. Está rodeada por plantaciones de viñedos con un sistema de conducción español llamado «de vaso» (o arbolito) con variedades tempranillo, malbec, cabernet sauvignon, merlot y syrah.


 

Al llegar, y antes de ir hacia el restaurante, hicimos un recorrido por la bodega. Verdaderamente es una estructura faraónica. El proyecto que existe desde el 2007 estuvo a cargo del estudio de arquitectos Bórmida & Yanzón.

La estructura tiene 3 niveles, teniendo una imponente sala de barricas en este último. Algo curioso para contar es que las columnas son huecas y están aprovechadas como vasijas vinarias. En la foto de abajo a la izquierda se ve la columna redonda de cemento por fuera y dentro está el tanque de acero inoxidable.

También tienen varias cubas de roble de casi 15.000 litros, que según lo que contaba el guía, ya tienen 15 años de uso y en el 2019 se van a cambiar por nuevas.

Luego pasamos a la sala de barricas.

El almuerzo

Al terminar la visita fuimos a almorzar a URBAN el restaurante de la bodega, que está a cargo de los chef Pablo y Carlos Torres.

El salón es todo vidriado, ofreciendo una excelente vista hacia un espejo de agua, los viñedos y la pre cordillera.

El menú comenzó con dos aperitivos, el primero se trataba de unos fideos de calamar con salsa Mery, acompañado de BCrux Sauvignon Blanc 2015. Riquísimo.

El otro aperitivo era un chorizo de la casa con puré de zapallo inglés y cítricos. Acá nos sirvieron un BCrux Blend 2012 (30% Tempranillo, 40% Malbec, 15% Merlot y 15% Syrah)

Después de los dos aperitivos llegó la entrada que era una torre de vegetales sobre lactonesa. El vino en cuestión fue un Alfa Crux Malbec 2012. Bombazo.

El principal se trataba de “Delicias crujientes de chivo” o en criollo: pasteles fritos de chivo. La gloria misma. El vino de este paso fue el mismo que el anterior, el Alfa Crux Malbec 2012.

Y para el final, dos postres, uno era un sorbete de vinos de la bodega y el otro era un helado de nuez en tulipa de ron y miel.

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