Seguramente la palabra “maridaje” ha sido nombrada y escrito miles de veces, esperando que el consumidor final entienda de que se trata, pero muchas veces desconocemos su significado.
Maridaje es el arte de combinar comida y bebida. No existe una fórmula específica por lo que este concepto es abierto a todo tipo de aportes. También se aplica la frase “sobre gustos no hay nada escrito” por lo cual esto que a continuación se expone no son más que recomendaciones.
Se establecen cuatro principios fundamentales:
- El vino afecta el sabor de la comida
- La comida va a afectar el sabor del vino
- Los platos sutiles necesitan vinos tranquilos
- Los platos fuertes y condimentados necesitan de vinos con potencia
Estos principios se pueden sintetizar en una simple oración: ligero con ligero, intenso con intenso.
Además, debemos tener en cuenta que los sabores son interactivos entre ellos. Por ejemplo, lo salado refuerza lo amargo, lo amargo acentúa la acidez y lo dulce acentúa lo ácido, amargo y salado.
Ahora bien, más allá de estos principios fundamentales… ¿qué más tenemos que tener en cuenta respecto al vino y a la comida?
Respecto al vino tenemos que conocer ciertas cualidades y características. En el caso de ser la primera vez que lo tomamos o bien, no recordarlo, podemos consultar estos datos en la ficha técnica:
- Componente frutal
- Contenido de azúcar
- Contenido alcohólico
- Presencia de taninos
- Acidez
Así como es importante saber a que nos enfrentamos cuando tomemos la primer copa, también es necesario conocer algunos puntos de la comida:
- Nivel de grasa
- Contenido de azúcar
- Amargor presente
- Contenido de sal
- Acidez
Con estos conceptos, nuestros maridajes serán un éxito.