Seguramente más de una vez han escuchado o leído que para describir a un vino se usan algunas palabras que probablemente pocas veces sintieron.
Son los llamados “descriptores” y pueden ser aromáticos (olfato), gustativos (gusto) o visuales (vista). Éstos complementan el conjunto de características que hacen a la definición de un vino dependiendo de quién lo esté probando.
A continuación les dejo algunos para que aprendan y empiecen a utilizar:
En términos generales
Abocado: Vino con un cierto sabor dulce
Bouquet: Sensación que se aprecia en el aroma de los vinos que han pasado por un proceso de maduración en barrica y botella.
Equilibrado: Cualidad del vino en que los sabores y aromas están perfectamente armonizados.
Joven: Vino no envejecido que conserva sus cualidades afrutadas.
En términos aromáticos
Afrutado: En vino respira matices que recuerdan a los aromas de ciertos frutos, como fresa, frambuesa, cereza, grosella, melocotón, piña, manzana, plátano, ciruela…
Complejo: Se dice de un vino que despliega gran cantidad de aromas y sabores con buena armonía y agradable equilibrio.
Especiado: Muchos vinos presentan un aroma y dejo en boca típico de diferentes especias como, por ejemplo comino, anís, vainilla, pimienta, nuez moscada, orégano…
Floral: Se aplica al aroma de ciertos vinos que recuerdan a determinadas flores como la violeta, la rosa…
Frutos secos: El aroma del vino puede recordar a ciertos frutos secos como la almendra, nuez, higo seco, ciruela pasa…
En términos gustativos
Amable: Término utilizado para algunos vinos blancos secos o con leve dulzor, suaves y agradables.
Aterciopelado: Vino de excelente tacto, suave y equilibrado.
Elegante: Vino bien acabado, con estilo, con clase.
Espirituoso: Vino con elevada graduación alcohólica.
Largo: Prolongado en el paso de la boca manteniendo su sabor por un tiempo largo
Retrogusto: Recuerdo más o menos largo que deja un vino en boca después de haberse bebido.
En términos defectuosos
Amargo: Sensación que se percibe en la parte posterior de la lengua y que se asocia a un defecto del vino.
Áspero: Vino astringente y rugoso. Se asocia a aquellos vinos con un exceso de taninos.
Corto: Vino que, después de degustarlo, da la sensación de que faltase algo (breve, cerrado).
Herbáceo: Con olor y/o gusto a hojas verdes como pasto.
Ligero: Con poca estructura.
Picado: Se dice del vino con un exceso de acidez volátil y acetato de etilo (avinagrado).
Pablo Ponce
@pablop11
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